domingo, 20 de septiembre de 2009

¡No seamos idiotas!

Leonardo Garnier Sub/versiones – La Nación: jueves 23 de Setiembre, 2004

Cuando, como en estas semanas, la política se nos aparece como la porquería que parece… lo que a mucha gente le dan ganas es de salirse… o ni siquiera meterse a la política. Preferimos quedarnos en nuestra vida privada, no complicarnos y, sobre todo, no ensuciarnos. Pero cuidado: los antiguos griegos – nos recuerda Savater – utilizaban una sonora palabra para designar a quien no se metía en política: le llamaban idiotés, que para ellos significaba “persona aislada, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionada por las pequeñeces de su casa y, a fin de cuentas, manipulada por todos”.

Y es que buscando refugio en lo nuestro y en lo privado podríamos estar cometiendo un doble error. El error de creer que lo privado es mucho mejor que lo público (aunque bien hemos visto en estos días que buena parte de la corrupción viene, precisamente, de intereses privados); y el error de creer que lo público es menos nuestro que lo privado. Cuando un ladrón se nos mete a la casa y nos roba, no se nos ocurriría renunciar por ello a nuestra casa… y dejársela pasivamente a los delincuentes. Cuando ocurre lo mismo con la casa común, lo peor que podríamos hacer sería, precisamente, renunciar a ella – al país – y dejársela a esos usurpadores disfrazados de representantes. Eso sería una verdadera idiotez.

Hoy más que nunca hay que recuperar la casa común, hay que restituir el sentido de la representación, de la democracia. Y eso, no va a ser fácil. Para empezar, hay que volver a sentirse parte. Hay que ser parte. Hay que participar. Pero hay que participar con sentido, porque democracia no quiere decir participar en todo: sería una locura, sería impracticable, sería aburrido, sería insensato. Pero igualmente insensato es no participar en nada, desentenderse de todo, ya sea porque confiamos ingenuos en nuestros representantes… o porque desconfiamos tanto, que igual preferimos desentendernos. Sin nuestra participación, la democracia no funciona: se vuelve fofa y chula, ineficiente y corrupta.

Para participar, hay que enterarse. Hay que informarse. Hay que conversar, discutir, debatir. Hay que deliberar. Hay que participar críticamente. Y hay que reconocer que, aunque vivamos en la misma casa – o vayamos en el mismo barco – no somos tan iguales, ni tenemos los mismos intereses, ni vivimos en las mismas condiciones, ni tenemos las mismas ventajas… o desventajas. Como bien nos recordaba Manuel Rojas el domingo, mientras algunos van en primera y marcan el rumbo, otros van en el cuarto de máquinas y apenas siguen el ritmo. Por eso no basta que la nave marche… tiene que marchar para todos. La vida en sociedad siempre será compleja, conflictiva, contradictoria. No se trata de abolir esos conflictos, como no se puede, tampoco, eliminar por decreto la corrupción. Lo que una sana vida democrática debe permitirnos es enfrentar esos conflictos y problemas de forma razonable y razonada, sí, pero con un presupuesto básico, y es que, en efecto, la casa común es de todos: nadie tiene derecho a tratar la cosa pública como su propio negocio personal. Por eso, aunque haya mil razones para que se nos quiten las ganas… no seamos idiotas: hay que participar en política.

5 comentarios:

  1. Para alguien que hasta hace nada daba poco seguimiento, o ninguno, a la política en Costa Rica es fácil plantear la razón de esa idiotés: falta de conocimiento de lo que es hacer política.

    Una de las definiciones de política que más me ha gustado hasta el momento es: actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo (DRAE).

    Con su opinión. Con su voto. O más allá.

    Sin darnos cuenta muchos ya estamos haciendo política a través de nuestra opinión en blogs, micro-blogs u otros medios, sin hablar del grandioso derecho a manifestarnos a través del voto.

    Ni tan apolíticos. Ni tan idiotas.

    Sin embargo ojalá y algunos más nos animáramos a ir más allá...

    Axé!

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  2. Muy interesante!

    Mi abuelo nos decía, en la politica TENEMOS que participar, que votar, que integrarnos dede el gobierno local hasta el del país, que con que cara podíamos reclamarle a un diputado que las aceras estan malas, que las calles estan con huecos y que no recogen la basura... si no estamos cunado el momento es el más importante. Porque no basta con ejercer el derecho al "berreo", tenemos q movernos y exigir a esas personas q nos representan un buen trabajo, íntegro, transparente y honesto.

    Don Leo, hace muchisimo tiempo esperabamos un Ministro de Educación como Ud, actualizado y sensato, que no se descia del tema de educación por un asunto de como vestirse o de pelos largos!

    Muchisimas felicidades y mucha suerte en sus labores.

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  3. Esto es uno de los artículos suyos que más me ha gustado. Incluso lo he referido en varias ocasiones. En buena hora. Saludos

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  4. Me parece muy acertado su comentario, lamentablemente nuestro pueblo tiene conceptos muy erróneos con respecto a la política, e.g. al momento de ejercer el sufragio siempre me ha parecido muy entretenido como mucha gente sencilla se siente sumamente involucrada con el proceso de llevar gente a las urnas y se jactan de su participación en la política (la cual para nada menosprecio); sin embargo, al preguntarle a esta gente acerca de las propuestas o ideas de sus candidatos es muy común descubrir que conocen poco o nada al respecto y muchas veces no comprenden de que les han hablado, simplemente se comprometieron con la causa luego de una visita del candidato(s) a su vecindario, con palabras pomposas y llenas de esperanza.

    Comparto completamente el hecho de que debemos participar activamente en la vida política, pero también creo que se debe empezar por una correcta educación, nuestro pueblo, como muchos otros, tienden a analizar/juzgar nuestros gobiernos de arriba hacia abajo, un gobierno es malo "por culpa del presidente", "si no tengo agua" es culpa del presidente... las calles... la canasta básica... y n cantidad de cosas resultan culpa de un presidente X. Pero rara vez empezamos desde abajo hacia arriba, es realmente muy poca la participación ciudadana en las audiencias de los municipios o cuando se hacen consultas públicas.

    Creo firmemente, que debemos empezar por arreglar nuestra casa antes de poder meternos a ayudarle al vecino. Creo que las municipalidades deberían ser más visitadas y escrutadas por los ciudadanos que pagan los impuestos con que trabajan.

    También creo que es necesario que los candidatos en sus propuestas se dirijan al pueblo con palabras claras, comprensibles por la gran mayoría. Que se encuentren abiertos al debate y disponibles hacia consultas y así, crear un proceso de cambio, donde a la hora de votar, votemos por propuestas, ideas y liderazgo y no solo por colores, retórica y bonitas caras.

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  5. Es cierto. Para alguien que por desconfianza se desentiende (mi caso!) de la política nacional, un comentario de este tipo no solo me obliga a mirarla desde otro punto de vista; a recapacitar. Sino que también me obliga a pensar en ese hijo que viene hacia arriba y que debo involucrar poco a poco con su entorno. Con esos pequeños (grandes) dirigentes que cada comunidad tiene y que, gracias a ellos, se llevan a cabo muchos logros.
    Empezar a entender la política se hace desde las bases, y que mejor manera que empezar por donde vivimos.
    Me declaro ignorante en cuestiones de política, pero he de aceptar que no quiero ser una "idiota" más.

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